martes, 28 de junio de 2011

Prepárense para los Bucks

ESPN


El talento de Brandon Jennings es notable, pero Milwaukee necesita armadores de juego
Estamos a sólo tres días de saber si tendremos un lockout patronal en la NBA, pero para algunos de nosotros es inevitable seguir pensando en básquetbol.

Los movimientos de los Bucks en la noche de Draft fueron poco considerados, pero pueden haber sido la fuerza que escaseaba para dar el giro completo que venían insinuando de un tiempo a esta parte.

A decir verdad, Milwaukee pudo haber sido un equipo de playoffs en la temporada que pasó. La recuperación de Andrew Bogut en el puesto de centro (se ha perdido 76 partidos en las últimas tres temporadas), las lesiones de Brandon Jennings, Carlos Delfino, Drew Gooden a lo largo de la serie regular, sumadas a la eterna recuperación de Michael Redd, hicieron que la química de este equipo no alcance a congeniar a tiempo.

De todos modos, tuvieron un buen tiro al final de la temporada regular, pero se encontraron con un despegue poco esperado de Indiana Pacers, que hizo que Skiles y compañía pasen a la oficina de la reflexión y dejen el pasillo de las ilusiones.

Lo cierto es que los Bucks rápidamente vieron lo que hacía falta. En la temporada 2010-11, Milwaukee fue un gran equipo defensivo (terminó tercero en puntos convertidos -92.3- en toda la NBA) pero fueron desastrosos en ataque (91.9 por juego) y en asistencias por partido (18.8). La receta de los Bucks es exactamente distinta al patrón común de la NBA: aquí no hay que mejorar las paradas defensivas, las ayudas, la rotación sin balón sino todo lo contrario. En la tierra de los anotadores, transformar a los genios defensivos en francotiradores suena casi a burla. Pero es la gran verdad de los hombres de verde.

Los Bucks, para su propia suerte, tienen la primera gran batalla ganada. Defender con maestría es mucho más difícil que atacar con solvencia, por la simple razón de que abundan muchos más jugadores con capacidad para convertir que para tener un desplazamiento lateral adecuado en el perímetro.

Por lo tanto, Milwaukee necesitó patear el tablero con algunas fichas. No alcanzaba con tener un buen rey, una buena reina, si alrededor los alfiles corrían el tablero con la pólvora mojada. La creación de juego ha sido un paso en falso para esta franquicia de un tiempo a esta parte. Sin un base natural -lo lamento, pero Jennings es un escolta disfrazado de base- Milwaukee se dedicó a equivocar su ofensiva, a someterse al talento individual en lugar de cobijarse en el rendimiento de conjunto.

Si tomamos como parámetro la Liga 2010-11 los tiros rara vez eran limpios. John Salmons lastimaba en las esquinas, por momentos Luc Mbah a Moute -sobre todo al principio de temporada- colaboraba y Jennings, tras volver de su lesión, hacía lo que podía con el aro. Maggette, mientras tanto, era un toro con la cabeza gacha tratando de romper la defensa, buscando más el contacto que la situación de juego limpia y precisa para convertir.

Precisamente en el momento en que Carlos Delfino estuvo fuera de acción por sus reiterados golpes en la cabeza -cuando regresó fue solución con sus tiros a distancia-, el ataque de Milwaukee fue el más individualista que se vio en muchísimo tiempo de básquetbol NBA.

Todo parecía caer por un embudo y las situaciones eran forzadas. Mbah a Moute no podía llegar hasta el fondo del aro, sus compañeros no lo apoyaban y su poca capacidad para manejar el balón y generar tiros en salto lo convertían en un hombre de recepción y tiro, sin mayores variantes. Si a su baja performance con el balón le sumamos que Ersan Ilyasova había perdido por completo su tiro a distancia, las cosas ya no eran tan bellas para los Bucks.

En definitiva, lo que pasó no fue que los lanzamientos eran cómodos y malos. Habían recargado demasiado las tintas en el perímetro y se habían olvidado de jugar como corresponde en la pintura. La pelota rara vez llegaba con precisión a los postes y por lo tanto la rotación era poco fluida y los tiros eran forzados. Nadie se salva lanzando a distancia: así se pueden ganar partidos, pero a medida que pasa el tiempo la factura se hace grande... y se paga.

Es por eso que la llegada de Beno Udrih, un base natural con buena temporada en los Sacramento Kings, y de Stephen Jackson, un anotador versátil que puede traer soluciones de inmediato, son grandes noticias para esta franquicia. Perder a Salmons y Maggette, en este escenario, no es un problema mayor.

Algunas fuentes dicen que el Captain Jack no está feliz por haber sido transferido a Milwaukee, pero aquí deberá jugar la cintura de los entrenadores de los Bucks para ver cómo pueden hacer sentir cómodo a un jugador que lo necesitan como el aire.

"Una de las áreas que queríamos mejorar es nuestra habilidad cerca del aro", dijo Skiles. "Hemos puesto tanta presión en el tiro perimetral que no hemos tenido habilidad para terminar las jugadas. Y ambos jugadores (Jackson y Udrih) son jugadores que terminan jugadas. Los números lo muestran. Si tenemos un porcentaje mayor cerca del aro, sumamos volcadas, tenemos canastas fáciles como logran el resto de los equipos, entonces no tendremos la tendencia a reaccionar de más cuando erramos un triple".

Además de Udrih y de Jackson, los Bucks también accionaron por el veterano Shaun Livingston.

"Sentimos que necesitábamos más armadores de juego", dijo Skiles a Journal Sentinel. "Mira los números de Udrih, fíjate cuando lanza al aro o cuando arma pick and rolls. Ha estado en equipos de campeonato (con San Antonio) dos veces. Es un muy, muy buen jugador", agregó el coach.

Con la llegada de Udrih y de Livingston, el puesto de base parece estar sobrepoblado en las tierras de Milwaukee. Si sumamos que también está Keyon Dooling y Jennings, los días parecen estar contados para Earl Boykins. De estos cuatro armadores, se estima que será el esloveno quien reciba mayor consideración de parte del cuerpo de entrenadores.

Ahora bien, ¿qué pasará con los estrategas que rodean a Skiles? Hay una gran incertidumbre, porque Kelvin Sampson es un candidato de oro para el puesto de entrenador de Detroit Pistons y Jim Boylan ha sido tentado por Alvin Gentry para que vaya como entrenador especialista en defensa para Phoenix Suns. Habrá que esperar para ver cómo evolucionan estas negociaciones.

Finalmente, llegamos al turno de los jugadores drafteados. El caso emblemático es el de Tobias Harris, un jovencito de 18 años que puede ser la gema que vuela bajo el radar entre los elegidos. Llegó con el pick número 17 y sin dudas es un alero que le falta mucho desarrollo, pero que puede dar sus beneficios de un tiempo a esta parte. Hace muchas cosas bien pero no es perfecto en ninguna, y pese a la esperanza que despierta en la directiva, puede necesitar un desarrollo urgente de su agilidad.

"Es un muchacho increíble", le dijo el manager general John Hammond a bucksbasketball.com. "No es fácil mejorar si no estás jugando, y uno sabe que con Scott (Skiles), se lo deberá ganar, pero si lo consigue, su patrón de desarrollo es tremendo".

Jon Leuer, por su parte, es una gran incógnita. El jugador salido de Wisconsin es un alero que no podrá demostrar mucho sus condiciones a los fanáticos, sobre todo porque no se llevará a cabo la Liga de Verano en la NBA. Será complicado para este alero permanecer en el roster de Milwaukee; mucho de su futuro parece depender de lo que suceda con Ilyasova, ya que algunos rumores vinculan al ala-pivote turco con un regreso al básquetbol del viejo continente.

Con la llegada de Udrih y Jackson, las posibilidades ofensivas de Milwaukee crecen en grande, por lo que no es una locura pensar en unos Bucks con futuro concreto de playoffs.

Todo depende de la salud y de la química que se construya con los nuevos habitantes ilustres de Milwaukee.

Con la defensa ya establecida como una marca registrada, es tiempo de calibrar la mira y disparar con efectividad.

Prepárense para los Bucks.

El futuro ya está entre nosotros.

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