viernes, 24 de junio de 2011

En la final, Giovani es ambicioso



EL UNIVERSAL



Dos Santos dice que el Tri debe ser campeón, o de lo contrario habrá fracasado en la Copa de Oro.



LOS ÁNGELES.— Ganar cinco partidos dentro de una misma edición de la Copa de Oro representa un hito para la Selección Mexicana. El problema es que quedará como simple anécdota, si mañana no supera a su eterno adversario.



Los dirigidos por José Manuel de la Torre están conscientes de la cruel situación, por lo que anhelan cerrar un fantástico torneo con la victoria que les daría su sexta corona de la Concacaf y el boleto para la Copa Confederaciones Brasil 2013.



“El pasado queda atrás. Ahora realmente viene lo importante de la Copa de Oro, que es la final contra Estados Unidos. Todo lo que se hizo en el pasado, ya no cuenta… O eres campeón o fracasaste”, sentencia Giovani dos Santos. “La Selección tiene que estar muy bien mentalizada, descansar y dar el máximo el sábado”.



Los sobresaltos vividos ante Guatemala y Honduras son vistos como lecciones. Saben que todavía existen algunos detalles por pulir, pero prefieren resaltar las cualidades que han mostrado durante el torneo.



El Tricolor está a un choque de escribir otra histórica página en pocos meses. Obtener la sexta victoria en esta competencia les daría algo más que el cetro de la región, sería un verdadero argumento para soñar en grande.



“Trataremos de que sea así [proclamarse monarcas invictos]”, presume Efraín Juárez. “Era uno de los objetivos, ir partido tras partido, nunca pensábamos en qué iba a pasar después de cada uno. Siempre nos enfocábamos en el presente y nos ha dado mucho éxito.



“Lo más importante es el juego que sigue; obviamente, es una final y trataremos de ganarla”.



El ineludible compromiso que tendrán en el vetusto inmueble californiano no les asusta, debido a que es una constante cada que disputan el certamen de la Concacaf, por más que Estados Unidos aspire a igualar a México en la cima de las selecciones con más títulos (cinco cada una).



“México, en una Copa de Oro, siempre tiene que ir con la mentalidad de ganar”, advierte Gio. “Tenemos a los jugadores. No creo que ni nos pueda meter presión, los compañeros lo saben: venimos a ganarla y la mentalidad tiene que ser así, quedar campeón o la verdad es que para todos sería un fracaso”.



El representativo chapín es el único que los ha tenido contra las cuerdas. Sólo ellos y Costa Rica, cuando los futbolistas del Chepo ya ganaban 4-0, han horadado la meta mexicana, con Memo Ochoa o Talavera.



Alfredo Talavera recibió ambas anotaciones, pero ha respondido a la hora cero, como en aquel bombazo de Roger Espinoza que pudo darle a Honduras el boleto a la final.



Catapultado a la titularidad, debido a la falta de control en sí mismo que padece José de Jesús Corona y a la calamidad que persigue a Guillermo Ochoa, el arquero del Toluca es la prueba de la entereza de un grupo que se sentirá satisfecho hasta que levante la Copa de Oro.



“Una buena base humana, junto a una también muy buena física y futbolística, va a dar más resultados positivos que negativos, y ahora los estamos viendo”, comparte el tapatío, quien es respaldado por Carlos Salcido: “El equipo está muy bien, bastante mentalizado, fuerte. Desgraciadamente, muchísimas cosas nos han golpeado durante el torneo, pero ahora estamos acá, todos quieren jugar la final, deseamos estar ahí y ojalá que simplemente cerremos con broche de oro”.



De lo contrario, su entereza y buen futbol podrían ser opacados por un resultado.

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