EL UNIVERSAL
Con refuerzos en todas las líneas de su equipo, pero afectado por lesiones, castigos y convocatorias a Selección Nacional, Carlos Reinoso todavía deshoja la margarita.
El director técnico del América reconoce mantenerse en la búsqueda de su alineación ideal. Para muestra, las variantes que ensaya de cara al juego de mañana en Toluca.
A diferencia de lo empleado en el debut liguero frente al Querétaro, El Maestro pretende utilizar en el averno una formación que incluya tres zagueros centrales (Juan Carlos Valenzuela, Aquivaldo Mosquera y Érik Pimentel), con sólo dos delanteros nominales (Christian Benítez y Vicente Sánchez). Matías Vuoso irá a la banca.
“Tenemos que encontrar un 11 ideal, pero eso lo dan los muchachos”, reconoce el símbolo azulcrema. “Nadie esperaba que [contra los Gallos Blancos] debutara Pimentel, un chavito al que conocemos desde hace tres o cuatro meses, y con la ‘Juve’ jugó [Jorge] Reyes... Van a terminar haciéndolo ellos”.
“Si lo siguen haciendo así, ellos estarán. No tengo algún temor de utilizar jóvenes, así es que va a jugar el que esté mejor. No se trata de nombres, sino de hombres en el funcionamiento colectivo de un equipo”.
Postura que es precepto para una institución que vivió su época más dorada gracias a la mezcla de extranjeros con gran calidad y jugadores mexicanos formados en el club.
Molesto, el estratega aclara que darle minutos a las promesas águilas no fue una orden de la cúpula; se trata de una fórmula en la que él cree plenamente.
“¿Crees que, a mi edad [66 años], voy a aceptar que alguien me diga que tienen que jugar los jóvenes?”, reta. “Aquí, eso es por historia y creo que estoy en la historia de esta institución”.
“Los jóvenes americanistas han ganado muchos títulos y merecen jugar. Es un convencimiento que tenemos todos: directivos, dueño [Emilio Azcárraga Jean], futbolistas... Y la historia misma nos lo indica. Me dice que tienen que jugar los chavos del América”.
El acicate público parece tener como objetivo a quienes son considerados titulares habituales, los hombres encargados de marcar diferencia.
Casi una semana después, Reinoso sigue iracundo a causa del pobre nivel que las Águilas mostraron durante el segundo tiempo frente a los queretanos.
“Aquí es jugar bien todas las semanas. Quedé muy molesto con el segundo tiempo del domingo, porque sí es importante ganar, pero hay formas”, reitera. “Jugamos los peores 45 minutos desde que estoy acá, y terminamos ganando tranquilos, pero no es la forma que me gusta, ni a la afición, ni al dueño, ni a los directivos. Estamos conscientes de que este equipo tiene que funcionar mucho mejor”.
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