lunes, 18 de julio de 2011

Conociendo los entrenadores

ESPN


En la próxima temporada, algunos orientadores tendrán que desplegar su sabiduría
Mike Brown tendrá que ganar rápido para ganarse la confianza de su equipo.


Hace 13 años, el paro de la NBA puso a la liga patas arriba y causó tanto daño que le llevó años recuperarse por completo. Ese año, seis nuevos entrenadores se metieron en lo desconocido, aceptando sus cargos durante una campaña que se acortó a 50 juegos. Nadie la tuvo más difícil que el entrenador de primer año Tim Floyd, quien tomó las riendas después de que los Chicago Bulls hubieran ganado su sexto campeonato y Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman y Phil Jackson siguieran sus propios caminos.



Aún está por verse si el paro de este año restará partidos. Pero al igual que la última vez, seis nuevos entrenadores (dos aún no han sido nombrados) asumirán puestos difíciles. Ninguno de ellos tendrá que enfrentar la misma imposibilidad que Floyd, pero la historia demuestra que con un tiempo de preparación reducido y las expectativas siempre crecientes, los cierres patronales pueden ser crueles con los nuevos entrenadores. A eso súmale el hecho de que los rosters se encuentran lejos de estar armados y estos entrenadores enfrentarán retos casi insuperables. Entonces, ¿están preparados para los nuevos desafíos, o encaminados al fracaso?

Mike Brown, Los Angeles Lakers


Mayor reto: Motivar a un equipo envejecido con pedigrí de campeonato en una temporada de ahora o nunca. La ventana de campeonato de los Lakers no está exactamente cerrada, pero se está entreabriendo con un 2x4 doblegado. Este equipo debe comprar lo que Brown está vendiendo en seguida. Más que cualquier otro equipo con un nuevo entrenador, es fundamental que los Lakers arranquen con el pie derecho.




Mayor fortaleza: El estilo enérgico de Brown debería funcionar bien en L.A. Su entusiasmo al hablar de sus jugadores y sus desafíos será un cambio bienvenido para muchos en los vestidores de los Lakers que se habían cansado de los cumplidos ambiguos y de los trucos mentales de Phil Jackson. Brown tiene reputación de ser muy querido por sus jugadores, y su perfil trabajador es entrañable. En lo que respecta a la estrategia, Brown es un gran entrenador defensivo (lo que Kobe Bryant había pedido), de modo que es el hombre adecuado para inculcar una mentalidad defensiva imponente otra vez en L.A. con un estilo que fue afinado a los pies de Gregg Popovich.




Relación clave: Kobe Bryant, sin lugar a dudas. El éxito de Brown en L.A. vivirá y morirá en función de qué tan bien responda Bryant a su defensa y a su enfoque práctico. Afortunadamente, Brown tiene práctica en la dirección de superestrellas después de los cinco años que se pasó en Cleveland con LeBron James. Una buena manera de crear una relación de trabajo sólida con Bryant es mantenerse al margen de los titulares. Kobe ha tenido una relación volátil con todos los entrenadores que ha trabajado en un momento u otro, y lo último que Brown necesita es esa clase de distracciones. Brown debe mostrar un apoyo inquebrantable hacia Kobe sin ser un pusilánime, un acto de equilibrio que requerirá una precisión delicada. El resto de los jugadores sin duda estarán mirando.


Mejor aliado: Bryant nuevamente. Si te ganas a Kobe, te ganas a las tropas. Si Kobe lo sigue, a Brown le resultará mucho más fácil venderse al resto de los jugadores, la gerencia y la base de aficionados de los Lakers. La realidad de Brown es que mantener a Kobe contento será parte de su trabajo. Pero el hecho de que los Lakers no se contactaran con Bryant antes de contratar a Brown significa que las cosas ya arrancaron con el pie equivocado.



Resultado proyectado: cuarto en el Oeste




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Kevin McHale, Houston Rockets


Mayor reto: Empezar de cero. En otras palabras, crear una ofensiva (está abierto a los esquemas de Rick Adelman por ahora), definir su estilo y finalmente volver a la pizarra cuando no las cosas no funcionen o el roster atraviese olas de cambios. Con Yao Ming fuera de la ecuación, el trabajo acaba de hacerse mucho más difícil de lo que McHale había anticipado.



Mayor fortaleza: Convicción, en cuanto a que tiene una filosofía y la respeta. McHale cree firmemente que el juego se gana y se pierde en la pintura, convicción que deriva de sus días como uno de los mejores jugadores de poste bajo de todos los tiempos. Su intención es diseñar un plan de juego a ambos lados del balón que gane la batalla de la pintura todas las noches. Su idea es atacar agresivamente el pick-and-roll y mantener a los bases rápidos fuera de la pintura para impedir que la defensa se desmorone. Esta estrategia se vuelve más difícil ahora que Yao, de 7'6 pies de altura, se ha retirado, pero el núcleo de jóvenes aleros de los Rockets debería beneficiarse inmensamente del trabajo individual con McHale.




Relación clave: El gerente general Daryl Morey. McHale es un hombre de básquetbol. Morey es un hombre de números. El enfoque estadístico de Morey en la evaluación de jugadores y la creación del roster ha generado muchos rumores, pero solamente ganó una serie de playoffs en cuatro años. McHale quiere jugadores con arrogancia, corazón, atletismo y potencial de estrella que pasan los exámenes de vista pero no siempre salen bien clasificados en los análisis de Morey. Ambos saben que deben estar en la misma página, y la actitud abierta de McHale durante el proceso de entrevistas es una de las razones por las que consiguió el trabajo. La forma en que tomen decisiones juntos sin duda definirá parte del éxito de McHale.



Mejor aliado: Cualquiera que pueda ayudar. Con un roster promedio en una Conferencia Oeste que será tan competitiva como el año pasado, el éxito de los Rockets dependerá del esfuerzo grupal, y McHale necesitará ayuda de todos los entrenadores, preparadores y ejecutivos para armar un equipo capaz de meterse en los playoffs.


Resultado proyectado: noveno en el Oeste



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Dwane Casey, Toronto Raptors


Mayor reto: Cambiar la cultura de la derrota. Viniendo de un campeonato de la NBA con los Mavericks, no hay mejor hombre para el trabajo. Para cambiar esta cultura, Casey debe consolidar el club fortaleciendo a sus jugadores. Actualmente, los Raptors tienen uno de los rosters menos imponentes de la liga y terminaron 26° en defensa. Esto se desglosa en otro gran desafío -- ocultar las deficiencias defensivas de su mejor jugador, Andrea Bargnani (ver a continuación). Casey no salió bien parado de su primer ejercicio como entrenador porque la gerencia sobredimensionó sus expectativas. Pero los Raptors también tienen grandes expectativas, las que no podrán ser alcanzadas sin superar estos desafíos.



Mayor fortaleza: Casey está obsesionado con la defensa. Es conocido por haber intercalado clips de hockey durante las sesiones de video de los Mavericks para subrayar la agresividad con la que deberían defender sus jugadores. También traerá un enfoque estadístico avanzado a la defensa de Toronto que debería ayudar a los Raptors a defender de manera más inteligente. Fuera de la cancha, Casey es bastante habilidoso a la hora de lidiar con jugadores malhumorados, insolentes o que necesitan ser mimados. Cabe aclarar que no va a mimarlos. Su enfoque duro pone énfasis en ganarse los minutos y ser responsable por las acciones individuales. A muchos entrenadores no les gusta esta parte del trabajo o simplemente no tienen el temperamento necesario para lidiar con estas cosas, pero aquí es donde Casey se destaca.




Relación clave: Andrea Bargnani. Esta campaña será una experiencia de aprendizaje para AB tanto como lo han sido sus temporadas anteriores. Casey lo presionará para que mejore como jugador defensivo e intentará borrar su reputación de blandito. Pero Casey sabe que Bargnani nunca será un baluarte defensivo, y el esfuerzo y el compromiso que el alero de quinto año ponga en la defensa ayudará a determinar cuántas frustraciones tendrá que superar trabajando con su jugador estrella.



Mejor aliado: Brian Colangelo. Aunque el gerente general de los Raptors reemplaza a sus entrenadores aproximadamente cada dos años, desearía no tener que hacerlo. Le encantaría tener un jefe de banco que se convierta en una solución de largo plazo y hará lo que sea necesario para darle a Casey los recursos que necesita para alcanzar el éxito. Uno de éstos sería su nuevo asistente y viejo amigo Johnny Davis, quien trae sus 35 años de experiencia en la NBA habiendo trabajado prácticamente en todas las capacidades.



Resultado proyectado: noveno en el Este




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Mark Jackson, Golden State Warriors


Mayor reto: Lograr que su equipo defienda sin comprometer su eficiencia en el juego dinámico. Sus jugadores lanzan y corren y lo hacen bien, pero, al igual que Jackson en su época de jugador, no pueden detener a nadie. Las defensas suelen tardar mucho más tiempo en afinarse que las ofensivas, y con una pretemporada truncada Jackson estará atrasado desde el primer día. Necesitará que sus jugadores absorban su filosofía defensiva de entrada cimentándola con tiempo de juego. Eso siempre despierta a los jugadores. De lo contrario, las cosas podrían ponerse feas desde temprano.



Mayor fortaleza:

Sobre la base de su carrera (ocupa el tercer lugar de todos los tiempos en asistencias) y la credibilidad que ha forjado desde la cabina de trasmisión, Jackson se ha comprado algo de tiempo para cometer errores y debería tener la atención de los jugadores. Pero nunca antes ha dirigido en ningún nivel, de modo que el jurado aún está deliberando sobre qué impacto tendrá en las prácticas y los partidos y cuánto será capaz de enseñarles a los jugadores jóvenes. Jackson habla bien y parece haber adoptado un enfoque sensato, pero aún está por verse si esto lo convertirá en un buen entrenador.



Relación clave: Es difícil encontrar a un hombre en la liga cuya opinión tenga más peso que la de Jerry West, quien recientemente fue contratado como asesor de los Warriors. Y ahora mismo, West cree que Jackson es el hombre indicado para el trabajo. Como asesor, Jackson tendrá el oído de West en todos los temas, un recurso muy valioso al que pocos entrenadores de primer año pueden acceder. Además, tener a West en su rincón cuando la suerte esté echada sin duda lo mantendrá fuera de la línea de fuego, al menos por un tiempo.



Mejor aliado: Los entrenadores de primer año se apoyan mucho en sus asistentes, sobre todo los entrenadores que nunca han trabajado como asistentes ellos mismos. Jackson tiene al hombre indicado en el asistente Michael Malone, quien ocupó el mismo cargo la campaña pasada por primera vez bajo el entrenador en jefe Monty Williams en New Orleans. Malone tiene la reputación de as defensivo, y estará encargado de poner a punto la defensa de Golden State. Buena elección: La temporada pasada los Hornets terminaron quintos en defensa, permitiendo apenas 94 puntos por partido.



Resultado proyectado: 11° en el Oeste

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