LA AFICION
Añeja tradición de futbol americano estudiantil; Pumas C.U y Águilas Blancas del Politécnico. Una rivalidad madura
Olor a gloria en el campo de juego, sudor que adereza a los centinelas de una tradición que se niega a morir. UNAM e IPN, equipos de futbol americano representativos de toda una nación colegial.
Abarrotado y pletórico lucirá la cancha del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria con 45 mil gargantas coreando un grito de guerra que retumba en cada corazón auriazul: ¡Goya!
A pesar de pisar el mítico pasto Puma como visitantes, las tonalidades blancas y guindas desgarrarán su aparato emisor de voz para alentar a sus Águilas Blancas: ¡Huelum!
No importa la mala fama que se ha creado en los últimos tiempos, a veces, por algunos seudo-aficionados que violentan el ambiente familiar, de respeto y competencia que caracterizó en el pasado a un deporte, que actualmente en México, goza de muy poca popularidad.
En punto de las 10:00 horas, rostros iluminados con tinta-sangre de los colores preferidos se defenderán con orgullo y coraje. Pocos los violentos y en exceso los auténticos amantes de una modo de vida universitario que se niega a morir, a perderse, en la vorágine de circunstancias extra cancha que rodea el clásico nacional de futbol americano.
Olor a gloria en el campo de juego, sudor que adereza a los centinelas de una tradición que se niega a morir. UNAM e IPN, equipos de futbol americano representativos de toda una nación colegial.
Abarrotado y pletórico lucirá la cancha del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria con 45 mil gargantas coreando un grito de guerra que retumba en cada corazón auriazul: ¡Goya!
A pesar de pisar el mítico pasto Puma como visitantes, las tonalidades blancas y guindas desgarrarán su aparato emisor de voz para alentar a sus Águilas Blancas: ¡Huelum!
No importa la mala fama que se ha creado en los últimos tiempos, a veces, por algunos seudo-aficionados que violentan el ambiente familiar, de respeto y competencia que caracterizó en el pasado a un deporte, que actualmente en México, goza de muy poca popularidad.
En punto de las 10:00 horas, rostros iluminados con tinta-sangre de los colores preferidos se defenderán con orgullo y coraje. Pocos los violentos y en exceso los auténticos amantes de una modo de vida universitario que se niega a morir, a perderse, en la vorágine de circunstancias extra cancha que rodea el clásico nacional de futbol americano.
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