miércoles, 9 de marzo de 2011

Los guió

MILENIO

Barcelona tuvo una justa recompensa ante un rival que reculó a sus principios futbolísticos e intentó jugar en contra de su esencia. Un doblete de Messi y un tanto más de Xavi le dio el triunfo (3-1) sobre un Arsenal que no existió al ataque.

Aunque no fueron las jugadas ofensivas del equipo culé las que abrieron el partido, fue la rigorista expulsión de Robin van Persie la que lo hizo. El árbitro Massimo Busacca echó al holandés por una doble amonestación, luego que siguiera una acción que había sido sancionada en fuera de lugar; en ese momento el juego, que iba 1-1, se inclinó para un solo lado.

El balón fue del Barça desde el comienzo y el primer remate a puerta fue una falta lanzada por Alves, que provocó la lesión de Szczesny. El meta tuvo que retirarse al 19’. Minutos después, Messi fue derribado por Diaby en el área, pero Busacca no marcó el penal.

Pedro, en el minuto 28, no concretó la primera buena jugada de combinación y a partir de entonces, empezó a funcionar el equipo azulgrana.

Adriano, en una buena prolongación por la izquierda de David Villa, remató al palo al 36’, y en el cuarto de hora final el Barça se volcó con todo al frente. Arrinconó a un desconocido Arsenal sin argumentos que antes del descanso ya acumulaba cuatro tarjetas amarillas.

El 1-0 nació en una recuperación al borde del área. Una genialidad de Andrés Iniesta, que dio un pase entre tres defensas, un control imposible de Lionel Messi, con un medio sombrero sobre la salida de Manuel Almunia, y un remate a puerta vacía. No era un videojuego, fue real, el tanto, que clasificaba momentáneamente al Barça llegó al borde del descanso, el mejor momento.

Y de la manera más kafkiana, sin rematar a puerta, Arsenal se encontró con el empate en el minuto 53. Sergio Busquets marcó en propia puerta a la salida de un tiro de esquina.

Las emociones prometían no acabar aquí. Un minuto después, Villa volvió a perdonar y al 56’, Van Persie, que tenía una tarjeta amarilla, fue expulsado.

El partido se volvió loco, el Barça, con uno más, olía la sangre en cada acción y parecía que su intensidad se estaba convirtiendo en ansiedad. Encontraba mil espacios, pero no concretaba las ocasiones, hasta que volvió a aparecer el mago Iniesta. Otro pase entre líneas, como en el primer gol, el destinatario esta vez fue Xavi Hernández, quien no falló e igualó la eliminatoria al 68’.

Tres minutos después, el Camp Nou respiró más tranquilo. Otro pase interior, de Xavi para Pedro, finalizó en penalti de Koscielny, que no vio tarjeta amarilla. Messi, en el minuto 71, puso el 3-1.

Al final, Mascherano salvó una clarísima jugada de Bendtner al 88’. El Barça volvió a eliminar al Arsenal, como el año pasado, y vuelve a estar entre los ocho mejores de la Liga de Campeones, aunque sufrió demasiado para concretarlo.

Wenger culpa al árbitro Busacca

Arsène Wenger, entrenador del Arsenal, culpó al silbante suizo Massimo Busacca de la derrota de su equipo en el Camp Nou. El técnico calificó de “frustrante” la expulsión de Robin van Persie y acusó a Busacca de “matar el partido” con esa decisión. “Los aficionados del Arsenal y del futbol en general deben estar tristes. Cualquiera que haya jugado a futbol jamás se le ocurriría hacer algo así”, dijo.

Wenger también admitió que su equipo perdió “con un gran Barcelona”, pero apuntó que el conjunto culé “es suficientemente bueno para ganar a cualquiera. Esperábamos, al menos, la oportunidad de poder enfrentarnos en un partido normal; no perder así. Estoy convencido de que, con once, lo ganábamos”.

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