martes, 28 de febrero de 2012

Michel da a Chivas su primer triunfo

EL UNIVERSAL
El héroe tiene traje de portero. El grito estremece los cimientos del Omnilife: "Olé, olé, olé, olé, Michel, Michel". El arquero rojiblanco abraza fuerte el balón que acaba de captura. Ataja el penal cobrado por Hérculez Gómez, al minuto 92 y da a Chivas el triunfo por 2-1 sobre Santos Laguna. En el último suspiro, Guadalajara asegura su primera victoria del Clausura 2012.
El silbatazo final llega segundos más tarde. Los jugadores rojiblancos corren hacia Luis Michel. Se funden en un abrazo. Luego van a medio campo donde agradecen a la afición que aplaude sin parar. El arquero rojiblanco se dirige a la portería sur, lanza su suéter a los aficionados. En el palco de Jorge Vergara, Johan Cruyff, nuevo líder del proyecto futbolístico de Chivas aplaude. El holandés no juega. Ni siquiera dirige. Pero su presencia cumple una función intangible: motiva.
Guadalajara no se parece a la Naranja Mecánica. Tampoco está cerca de ser un símil del Barcelona, equipo al que Cruyff busca imitar como rojiblanco. Pero al menos, esa atajada de Luis Michel salva el 2-1 sobre el Santos Laguna, y Chivas deja el sótano de la clasificación que ahora pertenece, por diferencia de goles, al Querétaro.
El primer tiempo sobre la cancha sintética de la casa rojiblanca parece una copia desgastada de los encuentros anteriores de Chivas: los locales tienen la pelota, los visitantes esperan el error. Sin embargo, también está presente el problema de otras ocasiones: el Guadalajara no tiene gol. Falta creatividad. No hay desequilibrio. Se abusa del tiro lejano como sistema y no como recurso.
Marco Fabián, Érick Torres o Jesús Sánchez, todos prueban desde fuera del área. El resultado es idéntico: el balón termina lejos de los tres postes que custodia Oswaldo Sánchez, a quien le basta la mirada para asegurar que su marco no reciba daño.
La pasividad del lapso inicial se rompe, por fin, al minuto 37. Por el costado derecho, Omar Arellano incursiona en la banda derecha. Su centro es ligeramente desviado por la defensa, el balón techa al ex rojiblanco Aarón Galindo, dentro del área, y Marco Fabián, de cabeza, pone el 1-0. El festejo es tan efusivo como justificado.
Michel y Oswaldo, luz y sombra
En la segunda parte, ya con la desventaja, Santos Laguna recuerda que hasta antes de este encuentro era uno de los mejores equipos del torneo. Intenta proponer, pero sin resultados. Chivas muestra un orden defensivo digno de destacarse.
A pesar de estar arriba, el Guadalajara no desiste en el deseo de buscar más. Ataca con orden, pero también con carácter. De una falta afuera del área nace el gol que da tranquilidad al Rebaño Sagrado y prácticamente sentencia su primera victoria del año.
Prácticamente en la esquina del área, por el costado izquierdo y con poco ángulo, Marco Fabián acomoda el esférico. Observa la colocación de Oswaldo Sánchez y toma la decisión: el disparo es directo, el arquero ex rojiblanco llega al encuentro con el balón, pero lo suelta increíblemente, permitiendo que Érick Cubo Torres simplemente lo empuje y se rencuentre con el gol al 56'.
La afición rojiblanca empieza a recordar lo que se siente ganar. En siete partidos del torneo, Chivas llevaba dos goles. Ahora ante Santos, iguala la cuota, que pudo ser mayor, pero Omar Arellano desperdicia una estupenda oportunidad al '66 y luego estrella un tiro libre en el travesaño, al ‘70.
Santos no se da por muerto y va al frente en busca de mejor suerte. Su insistencia encuentra recompensa al 77', cuando Hérculez Gómez se levanta en el área para cabecear cruzado un largo servicio y techar a Luis Michel para el 2-1.
Al '90, Marco Rodríguez, eterno protagonista cada vez que está sobre un campo, marca un penal por una supuesta falta de Jonny Magallón sobre Carlos Morales, dentro del área. El penal pone en riesgo la primera victoria del Guadalajara.
Héculez Gómez se para frente al balón. "Michel, Michel", canta la barra rojiblanca. El delantero lagunero enfila su pierna al encuentro con el esférico. Dispara a la derecha del arquero local, que adivina la trayectoria, ataja y salva el triunfo de Chivas. La tribuna enloquece.
Segundos después, el árbitro silba el final. Guadalajara consigue su primer triunfo, llega a cinco puntos, deja el fondo de la clasificación por diferencia de goles, Ignacio Ambriz respira tranquilo en la banca y Johan Cruyff, desde el palco, toma nota de las cosas que el Rebaño Sagrado deberá corregir durante su gestión.

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