jueves, 16 de febrero de 2012

La nueva agencia libre restringida

ESPN
La agencia libre restringida solía ser una de las maneras en que los equipos podían amarrar a un jugador joven por un año más a su institución, sin tener que abrir la chequera y sin mucho temor a perderlo ante las ofertas de clubes rivales.


Cualquier jugador que tuviera menos de cuatro años acumulados en la NFL, y que hubiera cumplido la totalidad de su contrato actual, era considerado al final de este como agente libre restringido. Las opciones para el club eran dejarlo libre, renegociar un contrato a largo plazo, o --la más conveniente en muchos casos-- extenderle una oferta calificada.

Las ofertas calificadas son fijadas de antemano por el contrato, y bajo el anterior convenio laboral, eran de cuatro categorías. En todos los casos, la oferta extendía el vínculo del jugador con el club por una temporada. La oferta más alta superaba los 2.5 millones de dólares de acuerdo al último ajuste inflacionario. La siguiente rondaba los 2 millones de dólares. Le seguían ofertas calificadas de cerca de 1.5 millones de dólares y 1 millón de dólares, que era la menor para un año más de contrato.

El jugador, a cambio de la oferta, podía seguir negociando con otros clubes. Si el jugador recibía una oferta de otro club, entonces el equipo original tenía la opción de igualar la oferta dentro de los siete días siguientes, para retener los servicios del jugador, pero bajo los términos del convenio ofrecido por la otra franquicia, que en la generalidad de los casos implicaban contratos multianuales por mayores sumas. Si el club original decidía no igualar la oferta del equipo rival, el jugador se marchaba, a cambio de una recompensa fija, de acuerdo a la oferta calificada recibida en primera instancia. En caso de la oferta más alta, el equipo nuevo tenía que pagar selecciones de primera y tercera ronda al viejo. Si el jugador había recibido la segunda oferta calificada más alta, la compensación era de una selección de primera ronda. En caso de la tercera oferta calificada, el pago era una selección de segunda ronda, y por último, la recompensa consistía en una selección de draft de la ronda en la que fue tomado el jugador originalmente, en caso de la oferta más baja. Como la mayoría de jugadores que firmaban contratos por tres temporadas o menos al llegar a la liga eran reclutas de rondas bajas, o incluso jugadores no reclutados, la recompensa en el último caso solía ser poca.

Las reglas cambiaron durante la temporada del 2010, último año de vigencia del contrato anterior, pero una campaña en la que rigieron normas específicas, diseñadas con la intención de que la NFL y el gremio de los jugadores alcanzaran un nuevo acuerdo laboral, luego de la terminación anticipada del acuerdo anterior. La agencia libre restringida se extendió dos años, significando que se requerían seis años cumplidos en la liga para alcanzar el status de agente libre irrestricto. Hubo un puñado de jugadores que fueron agentes libres restringidos en años consecutivos, o agentes libres irrestrictos un año, y restringidos al siguiente, luego de firmar por una temporada en el 2009.

Bajo el nuevo contrato colectivo de trabajo, las reglas han cambiado. De acuerdo a las nuevas normas, nuevamente se requiere cumplir cuatro años en la liga para alcanzar el status de agente libre sin restricciones. Además, todos los reclutas de draft --sin importar la ronda en la que fueron elegidos-- deben ser firmados a contratos por cuatro años. Eso significa que cualquier jugador seleccionado en el draft que cumpla su contrato original será agente libre irrestricto. En el futuro, el grupo de agentes libres restringidos se irá reduciendo, quedando reservado para los jugadores no reclutados, y aquellos que sean cortados por su equipo original, y firmen con otro club, cumpliendo este segundo contrato antes de completar su cuarto año en la liga. Desde luego, estas reglas empezaron a aplicar a partir de la Clase del Draft 2011.

Wallace es la clave del ataque aéreo vertical de los Steelers

Sin embargo, jugadores que entraron a la liga bajo las reglas anteriores se verán afectados por el nuevo convenio laboral. En específico, hablo del receptor abierto Mike Wallace de los Pittsburgh Steelers, y el corredor Arian Foster de los Houston Texans, sin lugar a dudas los nombres más sobresalientes de la lista de agentes libres restringidos de este año.

Ambos estelares acaban de cumplir su tercera temporada completa en la NFL. Sin embargo, la nueva reglamentación de la liga acabó con la oferta calificada más alta del ordenamiento previo, es decir, se acabó la recompensa que preveía selecciones de primera y tercera ronda a cambio de un agente libre restringido.

Si los Steelers y/o Texans deciden extender oferta calificada a Wallace o Foster, respectivamente, lo más que pueden recibir a cambio --en caso de no igualar una oferta de un club rival--, será únicamente una selección de primera ronda. ¿Cuántos equipos no estarían dispuestos a ofrecer un contrato multianual, y pagar una selección de primera ronda, a un legítimo receptor Nº 1 como Wallace o un corredor franquicia como Foster?

¿Cuántos no estarían dispuestos a ofrecer un mejor contrato a Wallace y Foster, de lo que pueden --o quieren-- pagar los Steelers o Texans, en este momento?

Esa selección adicional de tercera vuelta, que ya no existe como parte de la compensación en la oferta calificada más alta, podría hacer un mundo de diferencia en Pittsburgh y Houston.

Todo indica que Steelers y Texans trabajarán para conseguir, desde ya, un contrato a largo plazo con ambos jugadores. Si los clubes piensan que Wallace y Foster seguirán siendo parte del núcleo ofensivo de ambas franquicias, no tiene caso mucho postergar la oferta de un convenio multianual sin motivos.

De no llegarse a un acuerdo en las siguientes semanas, ambos clubes pueden comprar un poco de tiempo, aunque a un precio mucho más elevado que la oferta calificada de agente libre restringido. ¿Cómo? Con la etiqueta de jugador franquicia. Esta designación ataría al jugador por una temporada más, pero a cambio de un salario equivalente al promedio de los cinco mejores pagados en la NFL en sus respectivas posiciones. Esa es una diferencia de unos 10-12 millones de dólares respecto a la oferta calificada más alta como agente libre restringido. Sin embargo, existe la protección de que, cualquier otro club que desee fichar a Wallace o Foster, tendrá que entregar dos selecciones de primera ronda a cambio. Ahí las cosas cambian.

En el caso particular de Houston, todas las señales apuntan a que trabajarán fuerte por conseguir un contrato a largo plazo con Foster, reservando la posible utilización de la etiqueta de jugador franquicia como último recurso, con la intención de igualar cualquier posible oferta que llegue del exterior. Se trata de una apuesta que conlleva sus riesgos.
Pittsburgh, por su lado, tiene poco espacio para operar bajo el tope, y en días recientes ya tuvieron que reestructurar los contratos de los apoyadores LaMarr Woodley y Lawrence Timmons para aliviar la situación. Hace unos meses, se vieron obligados a hacer lo mismo con los acuerdos del apoyador James Harrison y el mariscal de campo Ben Roethlisberger. Proteger a Wallace con la etiqueta es una solución a corto plazo, pero podría funcionar... por ahora.
En el 2013, los receptores abiertos Antonio Brown y Emmanuel Sanders estarán en la misma situación que Wallace (lo mismo que Victor Cruz con los New York Giants).


Podría aproximarse una purga financiera en Pittsburgh. Las reglas han cambiado en la NFL, y los equipos ahora tendrán que hacer un poco más para evitar el éxodo de sus agentes libres restringidos.

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