lunes, 27 de abril de 2009

Pumas y Chivas empatan a un gol en CU


Omar Carrillo
CIUDAD DE MÉXICO, México, Abr. 26, 2009.- Más practico que heroico y lejos de una naturaleza artificial impuesta por Jorge Vergara, Chivas fue a la capital del país, se paró atrás con bazuca en mano y sacó un empate a un gol, tan triste para lo que dicta su patrón como las gradas vacías del Olímpico Universitario.

Guadalajara tiene órdenes precisas de dar espectáculo, desplegar por toda la cancha su futbol y atacar sistemáticamente a sus rivales. Francisco Ramírez decidió obviarlas.Llegó a CU, que se mantuvo a puerta cerrada por la emergencia sanitaria por la epidemia de influenza porcina, y no dio opción para mucho. Se acomodó con cinco defensas y cuatro medios, un orden sepulcral inamovible, sólo dejó en punta a Javier Hernández.

Y a Pumas, un equipo diseñado para ser disciplinado antes que creativo, se le dificulta el orden del rival, que le cierren los espacios y suele olvidar por largos periodos de tiempo como ganarlos, incluso teniendo la mayor parte del tiempo el balón. Así con esa naturaleza se fue el partido. Guadalajara expiando sus culpas de la campaña tirado atrás y espiando una jugada para irse al frente y Pumas intentando colarse por algún hueco.

El primero se fue haciendo exitoso con una defensa liderada por Héctor Reynoso, de roca por 82 minutos. No es que Pumas no esté acostumbrado a ese tipo de juego del rival en su campo, pero quizá no lo esperaba. Siempre predecible en su juego, ir a las bandas y centrar, no arriesgar de más, tirar de lejos en balones poco claros.

Se trabó en sus velocidades y en su futbol.Por si fuera poco, Javier Hernández justificó el planteamiento de Chivas con el bello gol de cabeza que hizo a los 21 minutos de juego. Tras una larga jugada de Chivas, Amaury sirvió al "Chicharito" que se quitó la marca de Palacios y Velarde en tres zancadas y anotó.

Después Pumas debió recurrir a todo aquel que sabe atacar en el equipo, porque ni Íñiguez ni Bravo, le solucionaron el problema siempre escasos de imaginación. Se estrellaron como moscas en un cristal una y otra vez. Por eso para la segunda mitad Pablo Barrera, Francisco Palencia y Juan Carlos Cacho ingresaron al partido, después de todo Chivas no atacaba. Pero no fue tanta gente ofensiva la que le dio el empate.

Fue la deficiente marca de Chivas en el cobro de un tiro de esquina. Cacho, que no anotaba desde noviembre pasado ante Tecos, se levantó solo en el área, remató de cabeza y anotó pegado al poste izquierdo de Luis Michel. Fue un empate desangelado, sin público, escaso de futbol. Con un Chivas pétreo y con calculadora en mano.

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