Necaxa vive

Erick Morales Baca

AGUASCALIENTES, México, Abr. 18. 2009.- La lucha por el no descenso se vio claramente reflejada en el duelo de la jornada 14 entre Necaxa y Tigres, en el que, a pesar de que sólo uno pudo festejar, ambos jugaron con garra, intensidad y como debe pelearse en un partido en el que se arriesga tanto, con coraje hasta el último segundo.

La lucha cumplió con las expectativas que tenía, se sudó la camiseta, entraron fuerte, atacaron con la furia de un tigre y con la fuerza de un rayo, no se rindieron hasta que el silbante determinó el final del encuentro y los Rayos, con gol de último minuto, dieron un paso más rumbo a la salvación.

Las oportunidades para anotar no faltaron, los dos equipos ofrecieron emociones a sus seguidores y sustos a los aficionados del rival, sin embargo, aunque en algunas ocasiones los delanteros fueron los culpables de que el esférico no terminara en las redes, en otras tantas los porteros se encargaron de ahogar el grito de gol en la tribuna.

Fueron más de 90 minutos que el Estadio Victoria tuvo que contener la emoción de un festejo, fueron muchas oportunidades que los delanteros locales dejaron ir, fueron varias atajadas las que el 'Conejo' Pérez y más tarde, Eduardo Palos, hicieron para evitar la anotación de los Rayos.Finalmente, 93 minutos después cuando todo parecía que sería un empate y el drama del descenso se haría más grande en Aguascalientes, un milagroso Diego Cervantes apareció en el área, encontró un mal rechace de Viniegra que le dejó el balón a modo, y de un zurdazo impresionante levantó a todo el Victoria para festejar el gol del triunfo.

Tres puntos que hacen soñar a toda una ciudad, que la llevaron de la resignación al éxtasis en un instante, que la mantienen con la esperanza de permanecer en el Máximo Circuito, que le levantan los ánimos que de pronto había perdido, que le regresan a los aficionados la ilusión de seguir al Necaxa a cualquier parte.Un partido que se resolvió en el último segundo en el que 11 guerreros lucharon a vida o muerte y que nunca perdieron la fe de seguir vivos, seguramente un reflejo de lo que será el final de la lucha por el no descenso.