miércoles, 20 de abril de 2011

Carmelo te da y te quita

ESPN





NEW YORK -- Los Boston Celtics deben sentir decepción y alivio que tras dos partidos insípidos, tienen el comando de su serie ante los New York Knicks 2-0. Sin Chauncey Billups y en el cierre de la primera mitad, también sin Amaré Stoudemire, los Knicks han explotado sin misericordia una debilidad de los Celtics -su pobre desempeño en los rebotes.




"Me alegro que ganamos el partido", confesó el director técnico Glen 'Doc' Rivers. "Pero sencillamente sé que mi equipo es mucho mejor que lo que demostramos ser esta noche".







Los Knickerbockers no ganan en Boston en sus últimas 11 visitas y para poder intentar quebrar esa racha tendrán que asegurar un triunfo en su Garden, lo que sería el primer triunfo de los Knicks en playoffs desde el 29 de abril de 2001 ante los Toronto Raptors.




Carmelo Anthony se dio cuenta que sin Stoudemire ni Billups, tendría que asumir la carga ofensiva y lo hizo, pero a su manera. Terminó con 42 puntos (a cuatro de la marca de franquicia en postemporada de Bernard King), pero lo más impresionante fueron sus 17 rebotes, parte de un gran esfuerzo de los Knicks en ese departamento que ha expuesto lo que ya es consabido en la NBA Boston es débil reboteando.

Parte de la debilidad en los tableros de los Celtics es su esquema defensivo. La sobrecarga defensiva al costado fuerte exige que tres jugadores, a veces cuatro, encaren el costado donde está el balón (el costado fuerte) alejándose o abandonando su marca individual. Es una especie de zona que le da la espalda al aro. Una vez el rival intenta, los Celtics rara vez están en posición idónea para rebotear o inclusive crear un cerco reboteador eficaz.

Doble marcar o atrapar a Anthony en una emboscada defensiva surte el mismo efecto: "Por eso no quieres lanzar dobles marcas", dijo Rivers. "Dado que tuvimos que doble marcar a Melo, teníamos un jugador menos disponible a rebotear. Tenemos que buscar una solución distinta. Los Knicks volaban al tablero".




Sin Shaquille O'Neal por lesión y sin Kendrick Perkins por comisión, Boston sabe que su éxito esta postemporada y sus aspiraciones a ganar el campeonato, se centran en su capacidad de esconder y minimizar esta debilidad. Los Celtics obtuvieron el segundo peor porcentaje reboteador de la NBA. Solamente los Phoenix Suns rebotearon peor que los Celtics esta temporada.

Boston se destaca en todos los aspectos defensivos con la excepción de los tableros. Ha dejado a los Knicks encestando menos del 39% de campo en segundas mitades en seis partidos entre estos equipos esta temporada, incluyendo las eliminatorias. Esa eficacia defensiva es lo que le da la confianza a Boston que puede llegar lejos en los playoffs.

El mismo anotador que mantuvo a los Knicks anotando fue quien les hizo perder el partido con malas decisiones que delatan unas carencias de fundamentos alarmantes, en especial para un jugador que aspira a ser considerado entre la elite de la liga y que exige un contrato máximo.

Carmelo Anthony cometió una falta ofensiva al cierre del primer partido que le permitió a Boston anotar los puntos del triunfo. Pero, peor aún, perdiendo por dos solamente, decide ser el héroe, intentando un triple ante doble marcas de Boston, con su compañero Toney Douglas pidiendo el balón con palmadas, totalmente desmarcado.

En el segundo partido, quizás como reacción a su jugada garrafal 48 horas antes, decide pasarle el balón con sólo segundos por jugar a Jared Jeffries, uno de los Knicks menos confiables con el balón. Para colmo, no sólo Kevin Garnett, uno de los cinco mejores jugadores defensivos en la liga, marcaba a Jared sino que la línea de fondo se convertía en una doble marca. Garnett acabó arrebatándole el balón a Jeffries, y la posibilidad del triunfo a los Knicks.

Su displicencia cuando tenía que cometerle falta a Delonte West en el cierre resume su faena defensiva. A veces muestra garra en ese costado de la cancha (17 rebotes), a veces no.

Los Knicks podrían inspirarse en la experiencia de la franquicia hace 21 años, cuando no ganaban en Boston por 26 partidos consecutivos, perdían la serie 0-2 ante los Celtics y absorbieron una marca de puntos por un oponente en la historia de los playoffs cuando Larry Bird y su pandilla marcaron 157 puntos a New York en ese segundo partido. Los Knickerbockers reaccionaron ganado dos partidos en su Garden y luego vencieron a Boston a domicilio. La historia no siempre se repite, pero el leer esa historia podría mantener las esperanzas vivas de un equipo neoyorquino cuya figura principal hoy en día te da y te quita.

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