EL UNIVERSAL
Los gritos de Ignacio Ambriz no se cohíben. Dirige la práctica como siempre. Aparentemente, no le incomoda que a un costado de la cancha dos, en Verde Valle, se encuentre por segundo día consecutivo Johan Cruyff.
El técnico rojiblanco sabe que ahora es el holandés quien manda en Chivas. Está consciente de la posibilidad de recibir "sugerencias" en algún momento, pero espera que cuando se presenten, no sean motivo de conflicto dentro del Rebaño.
"Espero que no se dé así. Si él es ‘caliente', yo también soy muy ‘calentón'. Espero que no se den ese tipo de cuestiones, que todo sea por la vía verde, que caminemos todos juntos. Es cierto que él también irá conociendo poco a poco el futbol mexicano, irá conociendo más al grupo. Espero que no se dé [un enfrentamiento]. También cuando te lo explican de buena forma, y no es de decir: ‘Yo mando'... hay modos y espero que los modos siempre sean para el bien de la institución", explica el estratega, después de la práctica.
La postura de Ambriz es clara: las decisiones del equipo de Primera División le corresponden sólo a él, aunque no se cierra a la posibilidad de escuchar a Cruyff y poder adaptarse a las sugerencias que pueda recibir.
"Al final, el que decide seré yo, que si [me dice]: ‘A ver ¿por qué no cambio esto? Sí, pero espérame, ¿al equipo le gusta que cambies de esta forma? ¿El equipo se adapta a lo que estás pretendiendo? Yo me junto con ellos y llego a la conclusión de que este equipo, por sus características, necesita jugar un 4-2-3-1, 4-4-2 y si me apuran, hasta un 5-3-2, trato de trabajarlo, aunque sea una vez a la semana para que el equipo entienda si tenemos que modificar", añade.
Pero reconoce que no puede cerrarse a escuchar los consejos que le proporcione del holandés: "Hay que estar abiertos. Mientras que sea para que tú crezcas, siempre será bienvenido. A mí me encanta la posesión de la pelota y ellos [el equipo de trabajo de Johan Cruyff] la manejan mucho".
No es examen
La primera labor de Johan Cruyff es presentar un diagnóstico del primer equipo, para tomar decisiones sobre las cosas que se deben corregir. Mientras lo elabora, Ignacio Ambriz no se preocupa por "llenarle el ojo" a nadie. Asegura no sentirse a prueba en el puesto y entregado al trabajo.
"Eso del futuro es muy complicado, porque al final dependo de los resultados. Que me siento como venir a hacer examen, tampoco. Confío en mi trabajo, en lo que hago, en lo que me he preparado. Estoy consciente que si logro que el equipo entre en una buena racha, más posibilidades tendré de que me pongan palomita, pero si no se da, no me apuro, sólo intentaré convencer al jugador, que es para mí lo más importante", sentencia.
Ambriz tampoco quiso entrar en polémica sobre la posibilidad de que Cruyff solicite hacer contrataciones al terminar el torneo: "Sería hablar algo que no está por el momento, sería tirar palabras al aire y prefiero enfocarme en la gente que está. Hablar de refuerzos no se me hace ético. No es el momento adecuado".
No hay comentarios:
Publicar un comentario