El ciclo de vida de estos Boston Celtics tiene leve pulso, pero se niega a
morir. No hasta una última vuelta en la postemporada.
Digo esto, porque los Celtics como los conocemos no volverán la campaña
próxima. Quizás sería más apropiado hablar del fin de la era de los originales
'Tres Grandes', pero ya es un cliché.
Boston, sacándole todo a su maña y veteranía, se mantiene en ritmo para
clasificar a los playoffs de cara a su importante duelo el jueves con los
Milwaukee Bucks, equipo que los persigue en la batalla por la clasificación. Al
día siguiente se trasladan a Filadelfia para lo que ellos esperan sea una previa
de un posible choque de primera ronda contra los Sixers.
Para que eso se dé, y evitar a los Chicago Bulls o Heat de Miami en la ronda
inicial, los Celtics tendrán que escalar de la séptima posición donde
amanecieron el jueves con marca de 24-21. Y lamentablemente para ellos, el
tiempo está en su contra.
La veterana tropa de Doc Rivers no cuenta con las piernas para irse de tú a
tú contra los quintetos más atléticos y jóvenes en el Este, máximo en una
temporada regular tan apretada como esta. Así que tienen como norte los
playoffs, donde su fortaleza mental y un calendario más liviano los beneficiaría
en pareos contra quintetos que no sean de Miami o Chicago, los indiscutibles
reyes de la conferencia.
El GM de Boston, Danny Ainge, aquitecto de la movida que trajo a Kevin
Garnett y Ray Allen para hacer pareja con Paul Pierce antes de la campaña
2007-08, optó por darle a sus 'Tres Grandes' una última oportunidad a un segundo
título juntos cuando decidió no salir del estelar armador Rajon Rondo (13,3 ppj
y 10,4 apj) en la fecha límite para hacer cambios.
De pecho a la tarea, Rivers ha hecho las movidas necesarias para tratar de
encontrar la fórmula ganadora en un equipo frágil y de poca profundidad, en el
que sus tres jugadores principales promedian 35 años de edad, y Rondo con 25
primaveras surge como la única otra opción viable con el balón.
Rivers tiene a Garnett (15,2 ppj, 8,2 rpj) jugando como pívot para brindarle
tiempo de juego al delantero Brandon Bass (11,8 ppj, 5.9 rpj) en la alineación
titular debido a la falta de altura en la plantilla. Además, ha limitado la
carga de tiros y minutos en Allen (14,8 ppj) para aprovechar su eficiencia
ofensiva, enmascarar las deficiencias defensivas que vienen con el tiempo, y
mantenerlo lo más fresco posible para la postemporada.
A Pierce (18,3 ppj) le queda un poco más en el tanque en comparación con sus
veteranos compañeros, y junto a Rondo deben ser las piezas angulares la próxima
temporada cuando Boston renueve su plantilla. Garnett y Allen no regresarán, y
ya Ainge debe tener un plan de ataque considerando el dinero bajo el tope
salarial que tendrán para invertir en la agencia libre, más sus dos selecciones
de primera ronda en lo que será un nutrido y profundo sorteo de novatos.
Mientras tanto, Boston va con lo queda a la guerra por la corona, confiando
en su cría, experiencia y capacidad de dar ese golpe de suerte para competir en
la postemporada como el favorito sentimental de muchos; el viejo boxeador que se
levanta de la lona para un round más.
Han sido cinco años de mucho éxito para la legendaria franquicia desde las
adquisiciones de Garnett y Allen. En ese periodo de tiempo ganaron cuatro
títulos de la División Atlántico, y el 17mo campeonato de la franquicia que los
regresó al trono de la NBA por primera vez desde la época de Larry Bird.
Pero ya el final se acerca. 'Padre tiempo' nunca pierde una pelea, y está
listo para el asalto final.
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