DALLAS, Estados Unidos. Julio 19, 2009.- Todo se redujo a una práctica simple de tiro al arco y de orden defensivo, por cierto mala y limitada, porque únicamente Giovani, Sabah y Barrera encontraron el espacio y el tiempo preciso no sólo para anotar sino para ser los hombres más destacados sobre el terreno, ante un equipo que tuvo un premio excesivo, por su nivel futbolístico, al llegar a cuartos de final de la Copa Oro.Y es que evaluar si hubo mejoría en el Tri debería ser inversamente proporcional al nivel del rival, pero contra un conjunto que dejó espacios defensivos del tamaño de un iceberg perenne en la defensa y contra el que ofensivamente se decidió cuatro con corrección y al menos otras seis mal, es más que complejo.Habría que valorar la victoria, el pase a semifinales donde se enfrentará el Tri a Costa Rica, el empuje de Giovani, la contundencia de Sabah y el soberbio gol de Barrera, que sigue dando destellos de un futbol exquisito y de un atrevimiento oportuno, y desinhibido.Pero así, exactamente, con destellos, México se llevó el partido. Con un juego y un ánimo inconstantes y con largas lagunas en todas las líneas. Es cierto que ganó y marcó buenos goles, pero tiene irregularidad en el ritmo y en su futbol.Haití nunca tuvo oportunidad no sólo de vencer, sino al menos de anotar.La primera mitad fue totalmente de México. Giovani con sus cambios de ritmo y su fuelle jaló a sus compañeros y por él pasaron las mejores combinaciones de los verdes. La cara contraria la mostró Alberto Medina que decidió mal las que tuvo y en ocasiones entorpeció el circular de la pelota. El gol de Sabah, tras la falla del penal de Israel Castro, y la anotación de Giovani fueron una ventaja corta a la que debió ser en realidad en ese lapso de tiempo.Pero ya en el segundo tiempo, el Tri con el marcador a favor mostró cierta complacencia y trató de llevar las cosas con calma, y se equivocó en repetidas ocasiones en la salida. Fueron los mejores momentos para los caribeños. Ochoa tuvo que emplearse a fondo en un par de oportunidades.Pero el segundo gol de Sabah, puso las cosas en claro. México fue muy superior, aún con cierta displicencia e irregularidad en su juego ante un débil rival. El soberbio gol de Barrera, que pescó una volea en un tiro de esquina y cruzó su tiro, no fue sólo un golpe de efecto, sino hasta de autoridad.
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