miércoles, 14 de diciembre de 2011

Jessica Aguilar, de inmigrante a campeona de artes marciales mixtas


CNNMEXICO.COM

La mexicana ocupa el segundo sitio de la lista mundial en la disciplina, pero para llegar a la cima pasó por situaciones adversas.

Jessica Aguilar es una peleadora de artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) que se desempeña en la organización Bellator. Actualmente ocupa el segundo sitio de la lista mundial y se encuentra entre las 10 mejores peleadoras libra por libra.

Uno de los logros más importantes en su carrera llegó en 2009, cuando ganó la medalla de oro en la categoría 53 kilogramos del Campeonato Mundial de Agarre (grappling) de la Federación Internacional de Luchas Asociadas (FILA, por sus siglas en inglés).

Pero la vida de JAG, como la apodan sus amigos, no siempre estuvo colmada de triunfos. Cuando tenía tres años de edad, su familia emigró a Estados Unidos, dejando atrás su natal Poza Rica, Veracruz, al sureste de México.

Con miras a una vida mejor, los Aguilar se instalaron en Houston, Texas, pero en 1988, cuando ella tenía seis años, su padre falleció, cuenta a CNNMéxico, Jessica, quien tuvo que sortear muchos obstáculos para convertirse en una de las peleadoras más importantes del mundo.

“Vivía en Texas y la verdad es que sentí diferencia en cuanto al trato. La población mexicana en ese lugar era muy grande y ya tenía familia allá, así que no fue diferente”, recuerda.

Para obtener la ciudadanía "mi papá consiguió a un abogado y él fue quien nos ayudó, yo era muy pequeña".

Su madre tuvo que hacerse cargo de tres hijos cuando su esposo murió, “el mayor de mis hermanos trabajó desde muy pequeño para ayudar a la familia”.

A pesar de la adversidad, Jessica asistió a colegios privados, gracias al apoyo de su madre y hermano; al esfuerzo también se sumó la iglesia local que se hizo cargo de una parte de la colegiatura.

Cuatro años más tarde, la tragedia alcanzó de nueva cuenta a los Aguilar, “mi hermano murió en un accidente vehicular”, esto llevó a JAG a madurar rápido, y es que “ver que mi madre tuvo que pasar por eso me hizo desear más las cosas, más que un niño que lleva una vida regular”.

Jessica descubrió en los deportes un escape, pero también se dio cuenta de que destacaba en atletismo, softbol y basquetbol, sin embargo, cuando fue momento de ir a la universidad, dejó pasar becas educativas.

“Tenía que ayudar a la casa y decidí buscar un trabajo de tiempo completo”; fue así como se convirtió en técnico de laboratorio en el Gulf Coast Regional Blood Bank.

En busca de una carrera propia

Después de cinco años, Jessica decidió encontrar su propio destino, la actuación era algo que le llamaba la atención, así que dejó Texas para mudarse a Orange County, California.

Para ella “salir de casa fue difícil, pero quería hacer algo distinto, quería experimentar; en un nivel personal fue muy bueno porque supe que podía hacer lo que quisiera”.

No obstante, la necesidad de ganar dinero y la falta de oportunidades la llevaron a reubicarse a Oregón, donde buscó continuar con su labor en el sector salud.

“La Cruz Roja estaba muy lejos (de donde vivía) y los únicos trabajos disponibles eran los que ofrecía el estado”, JAG llenó una solicitud y “me ofrecieron una vacante en una correccional para jóvenes”.

Jessica fungió como custodio por un año y medio, pero cuando “un amigo me llamó y me dijo que en Miami había muchos papeles (en televisión) para latinos, le dije que estaba interesada” y fue así como inició su paso por la pantalla chica.

“Siempre he sido muy atlética, soy el tipo de persona a la que retas a hacer esto o aquello y lo hace, así que siempre tuve en mente ser doble”, reconoció.

Entre los papeles que desempeñó destacan sus apariciones como extra en la serie Dexter, de Showtime, y algunos comerciales de la empresa farmacéutica Johnson & Johnson.

Su camino en el deporte

A finales de 2005 y durante su tiempo libre, Aguilar descubrió el Jiu Jitsu brasileño, pues “vivía al lado de un pequeño gimnasio y comencé a entrenar ahí”.

Su primera pelea profesional fue algo imprevisto. Dos meses después de haber iniciado su entrenamiento en Jiu Jitsu, Aguilar enfrentó a Lisa Ward, quien se había convertido en profesional en 2004 y tenía un récord de dos peleas ganadas y dos perdidas.

“Perdí por decisión dividida y sólo tuve cinco días de entrenamiento, pero nunca he tenido miedo de nada, así que simplemente me presenté (a la pelea) e hice mi trabajo. Crecí con dos hermanos, sabía lo que era pelear, enfrentarme con una chica no fue un problema”.

Todo parecía acomodarse de forma natural, hasta que su madre se enteró de su más reciente afición. “Ella se impactó, porque siempre ha tenido la idea de que las mujeres no deberían de practicar este tipo de deportes”.

La mamá de Jessica es una mujer que ha promovido las tradiciones mexicanas en casa, a pesar de haber emigrado a Estados Unidos hace 26 años.

“Celebramos el Día de Muertos y vamos al cementerio a visitar a papá y a mi hermano; seguimos mucho las costumbres de nuestro país”.

Y sobre su profesión “ahora entiende que tengo talento y lo acepta”, algo fundamental en la vida de JAG pues “quiero ser la mejor del mundo en mi peso y la campeona mundial en Jiu Jitsu brasileño”.

En noviembre pasado, Aguilar dio el primer paso hacia la consecución de sus metas, pues se enfrentó de nueva cuenta a Lisa Ward, "tras esperar años para mi revancha". En lo que califica como su pelea más significativa, "demostré lo mucho que he evolucionado, tras vencerla por decisión unánime".

Aunque falta mucho por recorrer, Jessica echará mano del apoyo de su madre y de los fans, ambos “parte fundamental de mi vida, es por ellos que estoy aquí, estoy muy agradecida por su apoyo”.

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