Es Griffin III Jugador del Año de la AP

EL DIARIO

Waco, Texas— Robert Griffin III jugó futbol por años, simplemente porque era bueno en ello. El excitante mariscal de campo de doble amenaza de Baylor se desgarró el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha y se perdió los últimos nueve partidos de la temporada del 2009. Mientras permanecía como observador desde la banca, se dio cuenta de cuánto amaba éste deporte. “Tras haber sufrido una lesión en la rodilla como esa, muchas veces ves volver a otros tipos y ya no es lo mismo”, dijo Griffin. “Así que no quería que se me etiquetara con semejante destino: gran jugador, se lesionó, ya no fue lo mismo... Mi meta era regresar aún mejor, no sólo por mí mismo, sino por mis compañeros también”. Griffin cumplió con su objetivo, quien mejoró aún más, sacando a Baylor del sótano de la Big 12. Siendo ya ganador del trofeo Heisman y del premio Davey O’Brien, Griffin ganó el Jugador del Año de la AP ayer. El aspirante a abogado, quien arribó a Baylor cerca de cuatro años atras, como un joven de 17 años de edad que se había graduado de la preparatoria de manera anticipada, es ahora el mariscal más eficiente de la nación en esta temporada, lanzando 3,998 yardas con un récord de la Big 12 de 36 anotaciones y sólo seis intercepciones. También corrió para 644 yardas y obtuvo nueve anotaciones más. Baylor (9-3) tiene una racha de cinco juegos consecutivos ganados, la más larga en 20 años, y ha llegado al Alamo Bowl que tendrá lugar la semana entrante. Con una victoria sobre Washington, los Osos, que se encuentran en el 15vo. lugar y alcanzarán el récord de la universidad de 10 victorias impuesto por Mike Lingletary en su temporada de último año en 1980. En su regreso tras la lesión del año pasado, luego de haber obtenido una extensión médica significando que ya es un alumno de cuarto año, Griffin ayudó a que los Osos llegaran a su primera colocación en el Top 25 desde 1993 y su primer juego de campeonato en la era de la Big 12. Baylor nunca había tenido un año ganador durante sus primeras 14 temporadas con la Big 12. Ese año en la banca fue el más duro para Griffin y los Osos, quienes tras haber tenido grandes expectativas decayeron con un record de derrotas al no tener a su mariscal de campo estrella.