lunes, 25 de mayo de 2009

Indios de Juarez puso en aprietos a Pachuca

Omar Carrillo
PACHUCA, México, Mayo 24, 2009.- Indios nunca se enteró que traía un puñal clavado en el corazón y que se desangraba lenta y agónicamente, peleó hasta el final, hasta que un poderoso Pachuca le sacó el músculo cardiaco, y se lo comió a mordidas ante su mirada impávida. Y Tuzos disputará la Final contra Pumas.

Los de Ciudad Juárez, aprovecharon cierta inacción y complacencia del rival y se fueron empujando desde el principio, como el oleaje que desgasta un arrecife minuciosamente. Antes de los 10 minutos ya contaban con dos chances de gol en sus alforjas una de Edwin Santibáñez y otra del 'Maleno' Frías.Pero Pachuca es un cacique asesino. Imberbe, altivo, casi prepotente. A los 13 minutos parecía que liquidaba la serie.

La poderosa maza de los Tuzos sólo dejó caer su peso para hacer sentir su tremenda pegada con el gol de José María Cárdenas.

Tras un inicio intenso, el partido cayó en un sopor maltrecho que parecía producto del efecto del vencedor a vencido; del que ya no quiere ni puede más, y del que ya no necesita más.

Fue una ilusión, un espacio de calma antes de la tormenta futbolística que venía.

Aún así fue un tiempo perdido en el partido. Tuzos se dejó llevar, no apretó al visitante y sólo cuando Christian Giménez encendió el turbo algo pasaba en el campo.

Pero el ensimismamiento de Indios terminó de a poco y de nuevo intentó empujar con la sangre en las manos.

Manuel Pérez, Julio Frías y Edwin Santibáñez se fueron a por el milagro.

A los 41', Santibáñez consiguió el empate y puso las cosas como al principio del partido. Necesitan tres goles.

El paso lento de Pachuca tuvo sus repercusiones y sus sustos.

La postura sobrada de Miguel Calero, también.

Lo de Indios es un karma de lucha y esfuerzo, de calidad de espíritu. Fue aprovechando los espacios que Tuzos fue dando en la defensa, le quitó el balón el contrario, la manera en que se defiende mejor.
Por eso a los 61 minutos, tras una jugada de Julio Frías, Juan Pablo Rodríguez hizo un tiro que se anidó en las redes del Pachuca y cimbró al gigante.
Unos minutos después, producto de la presión del visitante, el arquero colombiano de los locales debió ser expulsado tras una mano fuera del área que cometió y que cortó una oportunidad manifiesta de gol, pero Archundia sólo amonestó.

Pero Enrique Meza a esa alturas se dio cuenta que su medio campo estaba siendo vulnerado e ingresó a Gabriel Caballero. Recuperó las naves antes de quemarlas.

De nuevo tuvo la pelota y con ello el control del partido. O al menos eso parecía. Indios, claro en su futbol y en su alma, a los 81 minutos, con una excelente combinación entre Tomás Campos y Maggiolo, puso el marcador 3-1.

Un empate global y nueve minutos de tiempo, más el descuento, por delante para conseguir el gol de la diferencia. Todavía tuvo un chance por conducto de Malagueño, un tiro que se fue por un costado.
Después Blas Pérez apagó toda esperanza para la causa visitante y coló a su equipo a la Final con un marcador global a su favor. Pero Pachuca hubo de pasar susto, tras susto porque los Indios no saben morir si no es con una larga y acuciosa agonía. Es una cuestión histórica.

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