miércoles, 6 de julio de 2011

¿El Tri Sub-17 es otro accidente?

ESPN


Hace seis años, en Perú, todos estábamos de acuerdo en que la selección Sub-17 había conseguido el titulo mundial por una casualidad del destino, por una equivocación, por la inspiración de un grupo de jugadores y un entrenador como Jesús Ramírez. ¿Y lo que se perfila hoy, qué es? ¿Acaso se viene otro accidente y tenemos el derecho de llamarle accidente?

LOS ÁNGELES, California,- La de la Copa America no da para más, la femenil queda eliminada en la primera ronda, pero la Sub-17 respira en un sitio de "grandeza". ¿Cuál es la realidad del futbol mexicano? ¿Acaso lo que está haciendo esta selección dirigida por Raúl Gutiérrez es también producto de un accidente histórico? ¿Será posible tener dos accidentes en un lapso de seis años?



José Manuel El Chepo de la Torre lo dijo la semana pasada: "Si ganas, eres lo máximo. Si pierdes, te crucifican".

El verano establece de pronto que México no solo gana la Copa Oro de manera brillante sino que hoy ha puesto a su equipo Sub-17 en las semifinales del campeonato mundial que se realiza en territorio mexicano. ¿Cómo explicar los "lujos" que se da un fútbol sin contar, aparentemente, con las condiciones para lograrlo? ¿Es tan bueno o es tan malo el fútbol mexicano? ¿Cómo diferenciar la realidad a un espejismo que no nos conduce a ninguna parte?



La mayor parte de los conocedores e incluso los no conocedores habrían coincidido en que el resultado de hace seis años en Perú, la obtención del Mundial Sub-17, habría sido una casualidad del destino, un esfuerzo aislado, la comunión de algunos jóvenes, un entrenador y una generación que por accidente del destino terminó levantando la Copa Mundial de la FIFA. Hipótesis que se confirmó mientras el tiempo avanzaba y jugadores como Giovani y Vela, miembros de aquel prodigioso "accidente" no terminaban por carburar sus carreras en el fútbol europeo. Ahora, ayúdenme, díganme la verdad: ¿Qué significa este arribo a las semifinales? ¿Qué es poner al futbol mexicano en el mismo "nivel social" que Alemania, Brasil y Uruguay?



La explicación básica consistiría en que se trata de un campeonato realizado en casa y que en casa la mentalidad del jugador mexicano cambia, se adapta y consigue los resultados. Pero hay un dato irritable en ese sentido: de tres campeonatos mundiales que ha albergado México (2 mayores, el de 1970 y 1986 y el Mundial Juvenil de 1983) esta es la primera ocasión en que una selección mexicana alcanza la ronda de las semifinales.



Nos hemos quejado, por otra parte, de las grandes carencias que tienen los clubes a la hora de trabajar y arriesgar con jugadores jóvenes. El trabajo de las canteras se reduce a un par, quizá a tres o cuatro equipos. Los demás, prefieren consumir que producir. ¿De dónde salen los jugadores que hoy marchan con un récord perfecto de 5-5 y con la posibilidad de hacer historia?



El fútbol mexicano es un fútbol de contrastes. La noche de San Juan se hacia larga y profunda mientras Chile ponía en su sitio a una selección mexicana que no cruzaba del medio campo, la tarde de Pachuca elevaba los sueños de unos chicos menores de 17 años que sueñan con emular la hazaña de aquel Perú 2005 y esta mañana, una selección femenil, como siempre, con poco seguimiento y generalmente abandonada por las autoridades, queda eliminada en la primera ronda del Mundial femenil. ¿Qué es verdad, qué es mentira, qué es real, qué es falso, qué es frío, qué es caliente? ¿Cómo no ser lo máximo y cómo evitar que se te crucifiquen?

No hay comentarios:

Publicar un comentario